Esas máscaras que están pegadas allí en la pared. Uno sube y siente que lo ven a uno, son pequeñas y son varias, tienen rostros diferentes. Al día siguiente te percatas que los rostros de repente están felices y luego tristes. A qué se debe?. Máscaras infelices, diabólicas, salidas del purgatorio. La zona donde se encuentran tiene luz tenue, amarillenta. A veces se va la luz, por que las máscaras absorben la energía para hacer sus fechorías.
El poder de las máscaras llega más lejos que se empieza a llevar a la gente que habita la casa. Mi tío las guarda, por que la energía negativa que desprenden, malditas máscaras de porcelana, es muy fuerte. Las mete al baúl y con llave. Sin embargo, al día siguiente, las máscaras siguen allí, burlándose de los habitantes de la casa y provocando enfermedad a sus inquilinos y a quien las visita y las ve.
Un día sin precedentes, desaparecen para siempre, sin ser vistas. Esas máscaras se perdieron y nadie más las volvió a ver, pero… a un precio: tomaron la vida de la dueña de la casa.
Realmente, las máscaras al final lucían como 2 payasitos con gorro, que reían eternamente. La maldad en su risa. Jamás la olvidaré.
Comentarios
Publicar un comentario